Soledad, suena bien para mí. Creo que me sienta bien. Estoy sola, no recuerdo nada ni a nadie, tampoco tengo a nadie, que desalentador, podría haberme puesto no se “Compañía”. No, ese nombre no existe.
De repente alguien interrumpió mi cadena de pensamientos:
-¿Esta aquí?, ¿Me oye?- era la mayor de los hermanos.
-Sí, si- medio tartamudee – estoy aquí- me sentía avergonzada. Como era capaz de internarme en mis delirios cuando debía cuidar de los niños. Tantas cosas en mi cabeza ya no cabían.
-Pues parecía que no. Mi hermano y yo tenemos hambre ¿Qué va a hacer de comer?- dijo prepotente.
-¿Tengo que cocinar?- interrogue preocupada. Pero que pregunta tonta. Quién mas lo haría si no era yo. Lo peor de todo es que de cocina decir que no sabía nada ya era demasiado ¿Habré cocinado alguna vez en mi vida? Que dilema.
-Y si tiene que cocinar Soledad, yo solo sé hacer huevo duro y créame que nos hemos cansado de comerlos- se sincero la muchacha.
-Bueno, de acuerdo. No debe ser tan difícil ¿Qué les gustaría?- pregunte despreocupada. Pero por dentro me comían los nervios.
-¡Pollo al horno!- grito Facundo, el más pequeño de los hermanos.
-¿Y a ti que te parece?- cuestione a la niña, pero no recordaba el nombre y propuse repreguntárselo- ¿Cómo te llamabas?
-Edit, y pollo al horno me parece una muy buena idea- expreso rápidamente
En ese instante suena el timbre. Era mi salvación Segundo.
-Qué bueno que hayas venido a visitarnos- dije con alegría. Me caía como anillo al dedo.
-Quería saludarlos y ver cómo iban las cosas. ¿Pero por que tanto entusiasmo?- sospechó
-¿Sabes hacer pollo al horno?- pregunté
-Sí, obviamente. Un clásico de la cocina- alardeo en broma.
-Entonces ¿Qué te parece si nos cocinas uno y te quedas a comer?
Este estaba por contestar pero Edit se le adelanto:
-Espera Soledad, este hombre yo no lo conozco y por más que sea tu novio a mi casa no entra cualquiera- dijo muy segura.
Segundo comenzó a reír a carcajadas. Yo me sonroje de los nervios. La niña pensó que éramos pareja, algo que no me molestaría pero a él le daba gracia.
-¿De qué se ríe?- cuestiono Facundo que estaba totalmente desubicado de la situación.
-Es que- no pudo terminar de hablar que volvió a reír. Después de unos instantes pareció recuperar la cordura-¿Te llamas Soledad?
-Por ahora sí, lo elegí yo ¿Te gusta?- le pregunte
-Pues es muy cómico, digo por tu situación- me contesto. Quede anonadada. Que hombre imbécil.
-Idiota- le dije enfadada. Se reía de mi nombre lo que me faltaba, soportar que alguien se burlara de mi amnesia.
-Perdón, ya se soy un inmaduro- se disculpo-No debí decir eso ni reírme tampoco, lo lamento- se avergonzó.
-Dejen de pelearse, arrumacos a otro lado- dijo Edit decidida
-No somos novios, es solo un conocido- le explique aun resentida- El es quien llevo a tus padres al hospital.
-Ah! Entonces eres Segundo
-Si el mismo y hoy cocino para ustedes ¿De acuerdo?- dijo buscando complicidad en los niños.
Yo aun estaba enojada así que me impuse:
-¿Cómo? La niña dijo que no quería, entonces debes – No pude finalizar la frase que Segundo la interrumpe dándome un beso en la mejilla. Los niños comenzaron a reír. Su beso me provoco un escalofrió, pero de los lindos y ya no puede echarlo.
Continua el cap5 luego mas tarde sigoo!!El titulo adelanta un poco lo que va a pasar